HNA. CARMEN L. PACHECO
A preciados hermanos en Cristo, Dios los bendiga
El propósito de estas líneas es para contarles lo que Dios ha hecho en mi vida, desde que mis padres conocieron al Señor, que según me conto mi madre. Cuando yo tenía 1 año de edad me salió un tumor debajo de la garganta y los vecinos de mis padres le dijeron a mi mama la hna. Carmen Altoro, que había unos aleluyas que oraban al Señor y eran sanados. En ese tiempo mis padres Vivian en la calle 5 de la barriada Bélgica en Ponce, y mi mama, un domingo, me llevo a la iglesia pentecostal de la calle mayor cantera #14, llevaba una ficha ósea 5 centavos para comprarme unas galletitas pero los dejo de ofrenda en la escuela bíblica y cuando llego frente de la iglesia, estaba cerrada y se acordó que cerca de la iglesia vivía el ayudante del pastor el hermano Mario vega Gutiérrez y que el pastor de la iglesia era el reverendo Luis Otero. El Co-pastor llamo a su esposa y le dijeron a mi mama que subiera a la casa que se estaban preparando para ir a la escuela bíblica. Cuando me llevaron al altar el hermano Mario me tomo en sus brazos y oraron por mí, al instante el tumor desapareció, fue el primer milagro que Dios hizo en mi vida, cuando mi papa el hno. Rafael Pacheco regreso por la tarde, le dijo que había hablado con el doctor de los trabajadores de la central Mercedita y que me iban a operar al día siguiente o sea lunes y mi mama le dijo que no era necesario operarme porque el tumor había desaparecido y mi papa le dijo que se prepararan para ir a la iglesia y desde ese día fue el comienzo de mis padres servirles al Señor. Desde que tengo 1 año de edad estoy sirviéndole al Señor hacen ya 82 años, y todavía gracias a Dios no me he cansado de servirle al Señor. El segundo milagro que el Señor hizo en mi vida, muchos años después, fue que mi hermana Ady trabajaba en el departamento de dietas del hospital de distrito de Ponce, me iban a operar de la vesícula y me tenían a dieta y no me venían a buscar para operarme y vieron las enfermeras que me dieron de comer porque en las salas de operación había pasado algo y no me iban a operarme que me dieran de alta y que viniera el miércoles para darme la fecha para operarme y todavía la estoy esperando. Mi hermana llamo al suegro que era jefe de seguridad operacional del hospital y le pregunto qué había pasado en la sala de operaciones y él le dijo que no había pasado nada, que a él no le habían informado nada ya que él estaba a cargo de la seguridad del hospital. En ese momento entendí que Dios había hecho la obra, me había sanado, a él sea toda la Gloria. Hace alrededor de varios meses me caí y me fracture algunas vertebras de mi espina dorsal, según el ortopeda me tenía que operar para ponerme unos tornillos para enderezar algunas de mis vertebras que me hacían presión y era tan fuerte el dolor que tenía que estar bajo unas pastillas que eran unas drogas fuertes para aliviar el dolor, pues el Señor de nuevo obro el milagro, de eso ya han pasado muchos meses y no tuve que volver a tomar los medicamentos para el dolor A Dios sea la gloria. Dios los bendiga.
Dato Importante: La hermana Carmen Lidia Pacheco Altoro mejor conocida como la Hna. Carmín Hoy cuenta con más de 82 años de edad y vive en el estado de la florida junto a una hija y 2 hermosos nietos y una hermosa bisnieta y tiene un hijo que vive en Puerto Rico junto a su esposa y aunque ya no tiene la misma agilidad de antes nunca ha perdido la fe. Cada vez que viaja a la isla, siempre va a la iglesia que la vio crecer. La Hna. Carmen siempre se destacó por su servicio al Señor, y entre los cargos que tuvo fueron secretaria, tesorera y presidenta de jóvenes y maestra de escuelas bíblicas, hoy a sus 82 años de edad sigue con la misma fuerza y animo de seguir adorando y alabando al Señor y sigue siendo la misma Carmín de siempre ayudando y cooperando en donde este la necesidad, tanto la espiritual como la material nunca duda en ayudar a su prójimo.
Eclesiastés 12: 1 al 8
12:1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
12:2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia;
12:3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
12:4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas;
12:5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endecha dores andarán alrededor por las calles;
12:6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;
12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
12:8 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.